PVD

Todos sabemos que algo anda mal ahora mismo con cómo vivimos en los países desarrollados. Intuimos la magnitud del problema con el cambio climático, y otros factores, pero la mayoría de nosotros seguimos viviendo en la ignorancia. ¿Realmente sabemos qué son utensilios de cada día, como teléfonos, electrodomésticos...? ¿De dónde vienen? Y sobre todo, ¿realmente han costado lo que hemos pagado por ellos?

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Vivimos en el siglo XXI, donde se reconocen los derechos humanos y la esclavitud no existe desde hace tiempo. ¿O no? En los países desarrollados, podemos afirmar sin duda esto. Pero: ¿somos acaso el centro del mundo?

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La respuesta es no. En el mapa a continuación, extraído de la Wikipedia y consultado a día 5/6, podemos ver un mapa del mundo en el que se nos muestra por color el porcentaje de la población que vive por menos de un dólar al día. "Claro", puede decirse, "allí el cambio de moneda es diferente, y viven cómodamente con ello". ¿No es acaso este un mundo globalizado, donde deberíamos tener las mismas oportunidades? Y aunque no sea así: ¿se puede esclavizar a gente, con jornadas de trabajo de más 16 horas con condiciones infrahumanas, por un dólar?

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Gran parte de la culpa la tenemos los consumidores por nuestra poca responsabilidad. El no hacernos preguntas hace que no nos preocupemos por si nuestro móvil ha matado a alguien, o por si nuestro croissant envasado no solo ha destruido el Amazonas, sino que también seguirá destruyendo el planeta cuando lo tiremos. Hemos creado daños muy importantes a nivel mundial, tanto humanamente como medioambientalmente. Aún estamos a tiempo de cambiarlos.

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Entrando un poco más en profundidad, un claro ejemplo son el proceso de la vida de los móviles. En primer lugar, tenemos el coltán, un material extremadamente importante para la refrigeración de nuestros móviles, pero también extremadamente escaso y con un grave problema, su localización. Más del 80% de este material se encuentra en África, exactamente en la República del Congo, y el resto está repartido entre Brasil, Tailandia y Australia con un porcentaje de este mucho menor. Realmente, que la gran mayoría del coltán esté en África no debería ser un problema, pero lo es. Y es que hay miles de personas que arriesgan sus vidas para entrar en esas minas con unas condiciones inhumanas para recoger este mineral por un salario humillante. Aquí os dejamos un link a un vídeo para que aprecies como son estos yacimientos:  https://colegiobase.xtendeducaria.com/pluginfile.php/96323/mod_resource/content/1/2.Colt%C3%A1n.mp4

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Pero aquí no acaba todo, después de que nuestros móviles hayan sido fabricados por una mano de obra barata y los hayamos desgastado y tirado, probablemente antes de lo que realmente fuese necesario, estos son enviados de vuelta a África donde son acumulados y donde mucha gente se vuelve a jugar la vida para obtener los componentes más valiosos para así venderlos.

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Y esto está presente en muchos otros negocios como la ropa y los niños en la India, es por ello que es necesario que exijamos mayor control sobre la producción, para que se garanticen los derechos humanos en todo el mundo. Enseñemos a nuestros niños qué ocurre, y cómo pararlo. Impliquémonos un poco más, renunciemos a la marca por las personas. Y sobre todo, seamos críticos con la producción.

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Algo tiene que cambiar, y tiene que cambiar ahora. De otro modo, será tarde para arrepentirse, y tendremos que enfrentarnos a las consecuencias.

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